En estos días en muchas ciudades se realizaron marchas del llamado “orgullo” gay. ¿Orgullo? El espectáculo es lamentable en todas las partes del mundo y desde luego nada edificante para los más pequeños. Es Sodoma y Gomorra del siglo XXI…
Es muy importante que hagamos se escuche nuestra voz porque si no quizás empecemos a pensar que todo es normal, son otros tiempos, mientras a mí no me afecte (ese sería el peor error) pensar que los desfasados somos nosotros por no aceptar que tienen derecho a escoger ser lo que quieran ser y entonces los bichos raros seríamos nosotros, al no aceptar que la sociedad ya cambió, que el cambio ya es irreversible, que mejor adaptarse o al menos callarse…
NO es un rotundo No si ellos alegan derechos para ser aceptados, nosotros que creemos en la naturaleza y en la forma de reproducción entre hombre y mujer y la defensa de la familia, también, también tenemos el derecho de defendernos..
¡Y no! ¿Por qué vamos a callar el orgullo de nuestros niños y familias?, ¿por qué vamos a permitir que el lobby LGTB y trans adoctrinen a nuestros pequeños?
Si ellos no se metieran con los valores establecidos por Dios, si no hicieran esas escenas dantescas y estuvieran como siempre habían estado en su privacidad nadie les diría nada.
En el marco de la 54ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se llevó a cabo en Paraguay del 26 al 28 de junio, la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) y líderes de la sociedad civil han resaltado la importancia de defender los valores fundamentales de la vida y la familia.
El tema central de la Asamblea General de este año fue: “Integración y Seguridad para el Desarrollo Sostenible de la Región”.