En los primeros cinco meses de 2024, el envío de remesas por parte de los migrantes guatemaltecos ha aumentado en más del 25% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Solo en mayo del 2024, se registró un récord mensual con 1,980 millones de dólares recibidos.
Las remesas se han convertido en uno de los pilares de la economía guatemalteca, superando incluso a las exportaciones de productos. En 2023, Guatemala cerró el año con una cifra récord de 19,804 millones de dólares en remesas. Las proyecciones para 2024 apuntan a que este número se acercará a los 22,000 millones de dólares.
Guatemala es el segundo país de Latinoamérica que más remesas recibe, solo después de México. Este flujo de dinero es vital para la subsistencia de lo que representa un tercio de la población.
A pesar de este ingreso significativo, el panorama social en Guatemala sigue siendo desalentador. El 59% de la población vive bajo el umbral de la pobreza y entre el 15% y el 20% se encuentra en condiciones de pobreza extrema. Además, uno de cada dos niños sufre de algún grado de desnutrición debido a la falta de alimentos.
Las remesas, aunque cruciales, son un paliativo temporal que no resuelve los problemas estructurales de la economía guatemalteca. Sin embargo, sin este apoyo, la situación sería aún más grave.
Las remesas representan un salvavidas para millones de guatemaltecos, pero también un recordatorio de los desafíos económicos y sociales que enfrentamos. Mientras celebramos el apoyo de nuestros compatriotas en el extranjero, debemos seguir buscando soluciones que permitan a más guatemaltecos prosperar en su propia tierra.