En la búsqueda por encontrar prácticas que equilibren la actividad física y el bienestar emocional, el walking yoga ha ganado popularidad. Combina caminata, respiración consciente y elementos del yoga para lograr un estado de relajación y equilibrio. Aunque no forma parte de la tradición del yoga clásico de la India, su origen se vincula con la meditación caminando impulsada por el maestro budista Thich Nhat Hanh en Plum Village, Francia.

Las ventajas de esta práctica son múltiples y van más allá del bienestar mental. Veronique Ory, instructora de yoga y fundadora de Yoga With VeroniqueWalking, explica que el walking yoga “calma el sistema nervioso y promueve el equilibrio emocional”, lo que lo convierte en una herramienta ideal para aliviar el estrés.
Aunque parece sencillo, coordinar la respiración con los pasos requiere concentración y práctica. Desde el medio Mujer Hoy, recomiendan iniciar con 30 minutos diarios, alternando entre caminata rápida y lenta para optimizar sus efectos.
Algunos de los principios básicos para comenzar son:
- Concentrarse en la respiración: contar hasta cinco en cada inhalación y exhalación ayuda a mantener un ritmo constante.
- Observar el entorno: prestar atención a los sonidos, colores y texturas del paisaje refuerza la conexión con el presente.
- Incorporar mantras: repetir frases como “tierra” o “luz” puede potenciar la experiencia meditativa.
- Movimientos conscientes: realizar suaves giros de hombros y columna ayuda a liberar tensiones.
Según Khanyi Tshabalala, fundador de la Fundación Seize the Light, esta práctica permite “tomar consciencia intencional de la sensación física de caminar, del entorno que te rodea y de tu respiración”, facilitando una conexión más profunda con
