El doctor Pedro Lylyk, reconocido neurocirujano, fundador de ENERI y referente mundial en cirugía endovascular explicó, es un exceso de sangre que genera una hemorragia y forma lo que se conoce como infarto cerebral y que más del 90% de los casos se pueden prevenir.
El ACV isquémico es el tipo más común y ocurre cuando una arteria se obstruye, o que impide que la sangre llegue a una parte del cerebro.
En el ACV hemorrágico, una arteria se rompe y provoca una hemorragia, que daña o comprime el cerebro.
La primera suele estar relacionada con hipertensión o, en menor medida, con malformaciones vasculares. La segunda, en cambio, suele ser consecuencia de un traumatismo craneal o de un aneurisma.
Existen cinco señales de ACV:
Hablar de una manera confusa
Sentir la cara adormecida o torcida
Perder la fuerza y/o sentir dificultad para mover alguna parte del cuerpo
Perder la visión en un ojo o en ambos
Sentir un dolor de cabeza muy fuerte
Impulsado por Fundación INECO, la sigla “HaBraSo” advierte los signos que permiten una identificación precoz del ACV:
– HA: Habla. Pedir a la persona que repita una frase y asegurarse de que pueda hacerlo de forma correcta, prestando atención a la comprensión y la expresión del paciente.
– BRA: Brazos. Pedir que levante los brazos (como si sostuviera una bandeja) con ambos brazos y comprobar que pueda mantenerlos arriba sin que uno de los dos caiga.
– SO: Sonrisa. Pedir que sonría y revisar que no tenga asimetrías.
Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, es necesario que la persona sea trasladada de forma urgente a un centro asistencial médico.