La situación que enfrenta Guatemala con el arancel del 10% impuesto por Estados Unidos a las exportaciones guatemaltecas refleja una desconexión entre las urgentes necesidades del sector privado y la respuesta del gobierno de Bernardo Arévalo.
Aunque las principales cámaras empresariales han estado pidiendo una negociación inmediata, la respuesta del gobierno ha sido tardía, convocando a una reunión de emergencia solo después de la entrada en vigor del arancel. Esta demora genera preocupación entre los exportadores, quienes temen que los plazos no sean suficientes para preparar una propuesta efectiva.
El informe de Barreras Comerciales de Estados Unidos señala varias debilidades en Guatemala: como la burocracia aduanera, la infraestructura vial deteriorada, trámites engorrosos en los puertos y la falta de certeza jurídica. Estos problemas son estructurales y llevan tiempo sin resolverse, lo que refleja la falta de acción en áreas clave.
Además, la presencia del presidente Arévalo en la cumbre del CELAC en Honduras, conformado por gobiernos socialistas y comunistas, al contrario de centrarse en la negociación con EE. UU., demuestra que el gobierno no está priorizando adecuadamente los intereses económicos nacionales.
