El desvío del comercio mundial de China a otros puertos asiáticos está llevando a los armadores a abandonar la era de los buques cada vez más grandes y a optar por embarcaciones más pequeñas. Las últimas cifras conocidas dan fe de este cambio de tendencia. Sólo seis portacontenedores capaces de transportar el equivalente a más de 17.000 contenedores de 20 pies (6,1 metros de largo).
“El buque de 16.000 contenedores se convertirá en el caballo de batalla de las compañías de línea regular”, afirma Jonathan Roach, analista del mercado de contenedores de Braemar, en un extenso reportaje del Financial Times sobre este cambio de registro en el sector naviero.
Los expertos del sector coinciden y apuntan a otras causas como las crecientes normativas medioambientales. Los armadores no están seguros de qué requisitos establecerá la Organización Marítima Internacional, el regulador del sector, para alcanzar su objetivo de cero emisiones netas en torno a 2050.
Lo ocurrido en el Mar Rojo, ruta comercial marítima por excelencia, no solo ha elevado el coste del transporte marítimo a medida que disminuía la oferta de buques disponibles. También ha puesto de manifiesto la creciente importancia de la flexibilidad en el sector. Los buques de gran tamaño se utilizan sobre todo para recorrer las grandes rutas Asia-Europa a través del Canal de Suez, pero tendrían dificultades para transitar por otros pasos críticos como el Canal de Panamá.
“El cierre del Canal de Suez ha afectado gravemente al transporte marítimo de contenedores”, afirma William MacLachlan, socio del bufete de abogados HFW, que asesora a clientes sobre construcción naval. “Los buques más pequeños pueden responder más fácilmente a los acontecimientos macroeconómicos”, resuelve.