Las autoridades descartan la influencia de los fenómenos de El Niño y La Niña en el territorio nacional y se espera la intensificación de las lluvias en la segunda mitad del invierno por el momento.
César George, meteorólogo del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala (Insivumeh), para este año se espera más lluvia que en 2024; pero esta variabilidad no sería influencia de dichos fenómenos, que, según los modelos meteorológicos, no tocarían suelo guatemalteco.
Rafael López, director de Información Geográfica Estratégica y Gestión de Riesgos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), explicó que, en mayo, debería haber comenzado la temporada de lluvias, pero el inicio fue tardío, lo que representa un desafío para el sector agrícola.
Informó que los cultivos presentan vulnerabilidad tanto con el incremento de lluvias, como con la escasez o mala distribución de estas, los que estarían en riesgo es el maíz, frijol, cardamomo, café, ajonjolí, banano, plátano, hortalizas y pastos.
Se descarta una sequía porque sí ha habido lluvias parciales. Nos preocupa más lo que se viene en cuestión de las precipitaciones intensas. El grado de tolerancia de los cultivos, por supuesto que está puesto a prueba, informó.
El riesgo sería en Chiquimula, Zacapa, El Progreso, Baja Verapaz, sur de Quiché, norte de Jutiapa, este y norte de Jalapa, sureste de Huehuetenango y litoral del Pacífico, zonas que forman parte del Corredor Seco, donde la escasez de lluvia afectaría severamente los cultivos.
Las precipitaciones intensas afectarían campos de cultivo en Puerto Barrios, Izabal, Santa Catarina La Tinta y Panzós, Alta Verapaz, Sayaxché, Petén y Nueva Concepción, Escuintla.