A lo largo de los años, la educación obligatoria ha experimentado importantes transformaciones, y uno de los aspectos más debatidos ha sido el nivel de comprensión lectora de los estudiantes. A medida que el acceso a la información se ha multiplicado con el avance de la tecnología, la habilidad de los alumnos para interpretar y analizar textos complejos ha sufrido cambios notables. Este fenómeno plantea preguntas sobre la eficacia de los métodos educativos actuales y el impacto de las nuevas formas de aprendizaje en la capacidad de los jóvenes para entender y aplicar lo que leen en su vida cotidiana.
