Nicolás Maduro se ha proclamado este viernes presidente de Venezuela por otros seis años, envuelto en acusaciones de fraude. Ha jurado el cargo ante el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, que le ha impuesto la banda presidencial. El chavista lo hace sin haber mostrado las actas que demuestren su victoria, pese a que casi toda la comunidad internacional se lo ha exigido.
Tras la proclamación, Estados Unidos ha elevado a 25 millones de dólares, el máximo disponible, la recompensa por información para detener a Maduro. La Unión Europea, por su parte, le ha condenado por “carecer de legitimidad democrática” y ha redoblado sus sanciones.
Un comunicado oficial del Departamento de Estado, “las ofertas de recompensa han sido elevadas hasta 25 millones de dólares por información relacionada con Maduro y su ministro del Interior y Justicia, Diosdado Cabello”. Además, se ha establecido una nueva recompensa de hasta 15 millones de dólares por datos sobre el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. “Estas medidas buscan comprometer a los responsables y reforzar la transición democrática en Venezuela”, señala el documento.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció nuevas sanciones económicas dirigidas a empresas estatales venezolanas, incluida la aerolínea Conviasa, con el objetivo de debilitar las finanzas del régimen chavista.
Asimismo, el gobierno estadounidense impondrá restricciones de visado a 2,000 personas relacionadas con el círculo cercano de Maduro.