El potasio es un mineral esencial para el organismo, necesario para el buen funcionamiento de las células, los músculos y el corazón. Y aunque su consumo en cantidades adecuadas es fundamental para la salud, tanto su déficit como su exceso pueden causar problemas.

Un nivel bajo de potasio puede elevar la tensión arterial, aumentar el riesgo de cálculos renales e incluso extraer el calcio de los huesos. El potasio ayuda a equilibrar los niveles de sodio en el cuerpo, por eso contribuye a disminuir la presión arterial y a relajar los vasos sanguíneos, lo que permite una mejor circulación hacia los músculos.

Un nivel alto del mineral, es decir, un aumento repentino del potasio en la sangre puede provocar efectos graves como palpitaciones, dificultad para respirar, dolor en el pecho, náuseas, vómitos y riesgo de ataque cardíaco.
La Asociación Americana del Corazón explica que sin el nivel adecuado de potasio, el cuerpo puede experimentar debilidad muscular, calambres y fatiga, afectando tanto a atletas como a personas con estilos de vida más sedentarios.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) recomienda que el rango ideal de potasio en la sangre sea de 3,6 a 5,2 milimoles por litro (mmol/L); cuando baja de 2,5 mmol/L, la situación puede volverse crítica y requiere atención médica urgente.

Las causas más comunes de hipopotasemia (falta de potasio) son el uso de diuréticos –frecuentemente recetados para hipertensión o problemas cardíacos– y la pérdida excesiva de potasio por vómitos, diarrea o una dieta deficiente.

Sin embargo, en algunos casos, su ingesta puede generar efectos secundarios. Entre los más comunes están los trastornos digestivos, como náuseas, irritación estomacal y diarrea. En dosis más altas, el potasio puede afectar la función muscular y nerviosa, causando debilidad muscular y alteraciones en el ritmo cardíaco.
Las personas con enfermedades renales o que toman ciertos medicamentos, como diuréticos ahorradores de potasio, deben tener especial cuidado, ya que un aumento de potasio en la sangre (hipercalemia) puede ser peligroso.

Los síntomas de la hipercalemia (exceso de potasio) incluyen latidos cardíacos irregulares, dolor en el pecho, dificultad para respirar e incluso desmayos.
El potasio es fundamental para la contracción muscular. Su deficiencia puede provocar calambres, debilidad muscular e incluso espasmos. “El uso más importante del potasio es tratar los síntomas de la hipocalemia (nivel bajo de potasio), que incluyen debilidad, falta de energía y calambres musculares”.
Por otro lado, un exceso de potasio en la sangre también puede afectar negativamente a los músculos, provocando una condición conocida como parálisis flácida, en la que los músculos pierden temporalmente su capacidad de contraerse.