El aumento de la humedad y el descenso de temperaturas ha creado un ambiente propicio para el repunte de una enfermedad caracterizada por afectar las vías respiratorias.
La “rinitis alérgica” será una de las afecciones más comunes durante este invierno, tanto en niños como en adultos.
La lluvia puede activar síntomas como congestión nasal, estornudos, ojos llorosos y mucha picazón de ojos. Si no se trata a tiempo, la rinitis puede convertirse en una sinusitis y empezar a provocar procesos infecciosos bronquiales.
Si el menor está rodeado de polvo, polen o pelaje de animales, es probable que desarrolle este padecimiento.
Algunos pediatras recomiendan el uso de antihistamínicos para controlar los síntomas de la rinitis alérgica, preferiblemente de segunda o tercera generación. Si tiene alguna pregunta sobre su tratamiento, consulte con su médico.