En América Latina y en gran parte del mundo las elecciones se celebran en domingo, un día no laborable, pero no es así en Estados Unidos.
Este es el primer martes después del primer lunes de noviembre y como cada cuatro años, Estados Unidos celebra sus elecciones presidenciales que, en este caso, enfrentan a Kamala Harris y Donald Trump.
Pero ¿por qué precisamente ese martes y no otro día?
La respuesta viene del siglo XIX y tiene que ver con los carruajes de caballos y también con la religión.
No se podía votar un domingo pues ese era el día que la mayor parte de los ciudadanos usaban para ir a la iglesia.
Tampoco podían ser los lunes pues los electores tendrían que viajar en carruaje el domingo desde sus hogares hasta los centros de votación (en las capitales de los condados), algo que muchos no harían por tratarse del “día del Señor”.
Al ser rural el país se llegó a la conclusión que el martes era el mejor día.