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Orden del zanate, opinión de Carolina Castellanos

Conocida y ex reconocida, la Orden del Quetzal fue creada por el entonces presidente Jorge Ubico, en 1936. Hay seis grados de distinción. Es entregada por el presidente de la aún República de Guatemala. La intención fue (ya no lo es) “reconocer a dignatarios de otras naciones, organizaciones nacionales y extranjeras, por su labor educativa, política o científica” (Fuente: Wikipedia).

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Lamentablemente, los políticos de turno han degradado a nuestro bellísimo quetzal a un zanate. ¿La razón? Han entregado tan valioso reconocimiento a personas cuyas acciones y vidas están muy lejos de ser merecedores de alguna distinción.

Algunos recipiendarios han sido Benito Mussolini (1937), Juan Domingo Perón (1950), Fidel Castro (2,010) y Andrés Manuel López Obrador (2,022). También se ha entregado a personas dignas, pero este pequeño listado desmerece las otras distinciones.

Resulta que Bernardo Arévalo le entregará esta distinción a Luis Almagro, secretario general de la OEA, “por su histórico esfuerzo en preservar la democracia y los resultados electorales de 2,023” (fuente: nota publicada en Soy 502 el 6 de enero). Las evidencias de fraude fueron abrumadoras, pero, como no se “declaró” como tal, son reconocidas como válidas. A mi criterio, se refuerza la nueva identidad de esa “Orden”, ¡un zanate!

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El presidente parece vivir en el país de las ilusiones y las apariencias. Nosotros, los chapines que vivimos y trabajamos en nuestra amada Guate, preferiríamos ver acciones concretas para reducir la delincuencia, la corrupción, la pobreza extrema, mejorar los servicios de salud pública, entre muchos otros. Eso sí lo haría acreedor de todas las distinciones que pueda haber, locales e internacionales.

Lamentablemente, esa no es la realidad. Apenas llevamos un año con este nefasto gobierno. Lo poco que podemos hacer es “explotar” las redes sociales con denuncias y críticas enfocadas a temas o acciones específicas, a actos de corrupción y cualquier otroro tema o acción que vaya en contra de la preservación de nuestra vida, propiedad y libertad. Nosotros, los chapines “de a de veras” somos los mandantes.

La opinión de este artículo es ajena a Noticiero El Vigilante