La muerte del papa Francisco a los 88 años abrió no solo un proceso de sucesión dentro del Vaticano, sino también una oleada de especulaciones alimentadas por antiguas profecías que resurgen con fuerza. Entre ellas, una de las más comentadas vuelve a ser la del Papa negro, una figura que, según algunos seguidores de Nostradamus y San Malaquías marcaría el fin de una era para la Iglesia Católica y, con ello, el principio del Juicio Final.

La palabra Papa negro volvió a ocupar titulares, foros religiosos y conversaciones digitales tras el fallecimiento de Jorge Bergoglio. Aunque el término no necesariamente se refiere al color de piel, muchos lo asocian a la posibilidad real de que un cardenal africano asuma el trono de San Pedro, algo sin precedentes en la historia moderna de la Iglesia.

Michel de Nostradamus, el astrólogo francés del siglo XVI, dejó una serie de cuartetas que fueron interpretadas a lo largo del tiempo como predicciones sobre eventos mundiales. Una de sus interpretaciones más populares habla de una secuencia final dentro del papado: un Papa extranjero, un Papa viejo, y finalmente, un Papa negro. La secuencia, según los intérpretes más fervientes, habría comenzado con Benedicto XVI (de origen alemán), seguido por Francisco (de edad avanzada al asumir) y ahora podría completarse con la elección de un pontífice de origen africano.
Aunque las cuartetas de Nostradamus son crípticas y sujetas a múltiples lecturas, la coincidencia temporal generó un clima de misterio y expectación dentro y fuera del Vaticano.
A esta narrativa se suma la famosa profecía de San Malaquías, un arzobispo irlandés del siglo XII que habría escrito una lista con descripciones en latín de cada uno de los papas, desde Celestino II hasta un último pontífice descrito como Petrus Romanus. Según este manuscrito, el Papa final “apacentará a su grey entre muchas tribulaciones”, y durante su mandato, “la ciudad de las siete colinas será destruida y el Juez terrible juzgará a su pueblo”.
Este texto, publicado por primera vez en 1595, fue puesto en duda por diversos historiadores y teólogos. Sin embargo, su coincidencia con ciertos hechos históricos mantuvo viva la creencia entre los fieles más apocalípticos. Para muchos, el próximo pontífice —especialmente si proviene del continente africano— podría encajar con la imagen de ese último Papa.

La ambigüedad característica ha dado lugar a dos interpretaciones:
La primera sugiere que se trata de un pontífice de origen africanos más destacados estarían: Peter Tukson, cardenal Ghanes y Robert Sarah de Nueva Guinea
La segunda interpretación propone que el Papa Negro ya existió, representado por el propio Francisco, el primer papa jesuita de la historia. Esta teoría se basa en que los miembros de la Compañía de Jesús tradicionalmente visten de negro su superior general ex conocido como Papa Negro dentro de los círculos eclesiásticos/
Los seguidores de Nostradamus y San Malaquías no ven en estos eventos una simple sucesión administrativa. Para ellos, el hecho de que el próximo Papa pudiera ser africano es más que una anécdota: es el cumplimiento de una cadena de señales divinas. Aunque la Iglesia no reconoce oficialmente estas profecías, el impacto cultural de las mismas es innegable.