Una es una superestrella estadounidense que cuenta con cientos de millones de seguidores en las redes sociales. El otro es un peleador aficionado de Inglaterra que trabaja a tiempo parcial como electricista. Pero estas dos personas tienen algo muy importante en común: ambas se llaman Taylor Swift.

Compartir nombre con una megaestrella mundial puede ser una ventaja para algunos, pero para una estrella en ciernes de las artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés) puede que las cosas sean un poco incómodas.

“Algunos espectadores se ríen un poco. En los pesajes, sobre todo a nivel amateur, todos los luchadores están en la misma sala y se los llama allí. En cuanto me llaman a mí, me río un poco”.
Swift, de 21 años, vio cómo su perfil se disparaba en las últimas semanas después de que la gente descubriera que su nombre era un tanto especial. Ha recibido muchos pedidos de entrevistas de los medios de comunicación, y ha decidido aceptar la nueva fama.
Swift cuenta que empezó a conocer la música de Taylor Swift cuando tenía unos 10 años, y explica que es algo de lo que le ha costado desprenderse a medida que crecía y ella se hacía más famosa.
