La comida rápida es asequible, ahorra tiempo, a menudo es también deliciosa y es fácil encontrar un restaurante con este tipo de alimentos prácticamente en cualquier sitio. Pero a pesar de las ventajas de la comida rápida, hay un gran inconveniente en su consumo, la falta de valor nutricional.
A la hora de consumir bocadillos ‘saludables’ y evitar los insanos, hay algunos elementos a los que los consumidores deben prestar atención, según el portal especializado en temas de alimentación Eat This, Not That!.
El sodio
Cuando el sodio se consume en exceso, puede provocar hipertensión, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, por lo que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. recomienda no consumir más de 2.300 miligramos de sodio (equivalente a una cucharadita de sal de mesa) al día.
Grasas saturadas y trans
El consumo incontrolado de grasas saturadas y trans puede contribuir a padecer enfermedades cardíacas y diabetes. La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda limitar la ingesta diaria de grasas saturadas a 13 gramos diarios, mientras que la Organización Mundial de la Salud sugiere no más de 2,2 gramos de grasas trans para una dieta de 2.000 calorías. La comida rápida, especialmente las hamburguesas con carne roja, puede contener un nivel mucho mayor.
Azúcares añadidos
Los batidos, postres, donuts y cafés en las cadenas de comida rápida pueden superar el límite diario recomendado de 25 gramos para las mujeres y 36 gramos para los hombres. El consumo habitual de azúcar añadido puede provocar inflamación, enfermedades cardíacas, diabetes y enfermedades neurológicas.
Los platos estudiados
Cuando se trata de escoger el plato de comida rápida más perjudicial para la salud, los especialistas tienen varios puntos de vista, ya que depende de las cadenas de restaurantes.
En un estudio realizado por la compañía PlushCare, los investigadores analizaron el valor nutricional de cinco platos de comida rápida de 24 cadenas estadounidenses: hamburguesa con queso, hamburguesa de pollo, patatas fritas, batido de vainilla y ‘nuggets’. Recopilaron datos sobre el contenido de calorías, azúcar, grasas saturadas y sodio de todos los productos disponibles. Además, utilizaron el método de perfiles nutricionales del Ministerio de Salud del Reino Unido para evaluar la insalubridad relativa de cada producto.