Los bonos del Tesoro son la columna vertebral de las reservas de stablecoins, ya que pocas opciones se les acercan en términos de seguridad y liquidez.
Los fondos de inversión, los bancos y las aseguradoras estadounidenses son los siguientes mayores tenedores, con inversores extranjeros que representan alrededor del 30 % (aproximadamente 8,8 billones de dólares), encabezados por Japón y China.
Si un importante emisor de stablecoins colapsa, podría verse obligado a deshacerse masivamente de bonos del Tesoro, desestabilizando el mercado. A diferencia de los bancos centrales extranjeros, los emisores de stablecoins se enfrentan a un verdadero riesgo de corrida: los clientes en pánico pueden retirar sus fondos al instante, lo que desencadena una presión vendedora inmediata.
Acreedores como China y Arabia Saudita están recortando silenciosamente sus tenencias del Tesoro. Las de China cayeron a 761 mil millones de dólares a principios de este año, su nivel más bajo desde 2009, mientras que las de Arabia Saudita han caído a un mínimo de año y medio de 126 mil millones de dólares, lo que refleja un reequilibrio global de las reservas y un creciente escepticismo sobre la deuda soberana de EE. UU.
Grandes instituciones financieras como Bank of America y Fidelity, que gestionan billones de dólares en activos, están considerando el lanzamiento de stablecoins. Bridge, adquirida por Visa y Stripe, acaba de lanzar tarjetas vinculadas a stablecoins en Latinoamérica, y Mastercard presentó una nueva plataforma a través de la cual los usuarios podrán pagar compras con stablecoins y retirarlas directamente a sus cuentas bancarias.