En plena temporada de lluvias, Covial solo ha adjudicado 164 de los 458 proyectos de mantenimiento vial previstos para 2025, según el Ministerio de Comunicaciones. El resto sigue sin avances, a pesar de contar con un presupuesto superior a Q1,018 millones.
La lentitud preocupa en rutas clave como la carretera Cito-Zarco (CA-180), fundamental para el occidente y la Costa Sur, donde, según fuentes del CIV, los trabajos podrían iniciar hasta agosto.
Según Camagro, más de 120 tramos se encuentran en estado crítico, sumando aproximadamente 1,000 kilómetros, el 15% de la red pavimentada a cargo de Covial. Los departamentos más afectados son Guatemala, Huehuetenango, Jutiapa, Zacapa, San Marcos, Chimaltenango y Sololá.
El deterioro, producto de la falta de mantenimiento en 2024 y los primeros meses de 2025, impacta directamente la economía: encarece el transporte, reduce ingresos de productores y debilita la competitividad. Además, Camagro denuncia que los fondos provenientes de la gasolina, destinados por ley al mantenimiento, no se están ejecutando.
La crisis refleja una histórica falta de prevención, decisiones políticas erráticas y una ejecución ineficiente que sigue poniendo en riesgo la conectividad nacional.
En plena temporada de lluvias, Covial solo ha adjudicado 164 de los 458 proyectos de mantenimiento vial previstos para 2025, según el Ministerio de Comunicaciones. El resto sigue sin avances, a pesar de contar con un presupuesto superior a Q1,018 millones.
La lentitud preocupa en rutas clave como la carretera Cito-Zarco (CA-180), fundamental para el occidente y la Costa Sur, donde, según fuentes del CIV, los trabajos podrían iniciar hasta agosto.
Según Camagro, más de 120 tramos se encuentran en estado crítico, sumando aproximadamente 1,000 kilómetros, el 15% de la red pavimentada a cargo de Covial. Los departamentos más afectados son Guatemala, Huehuetenango, Jutiapa, Zacapa, San Marcos, Chimaltenango y Sololá.
El deterioro, producto de la falta de mantenimiento en 2024 y los primeros meses de 2025, impacta directamente la economía: encarece el transporte, reduce ingresos de productores y debilita la competitividad. Además, Camagro denuncia que los fondos provenientes de la gasolina, destinados por ley al mantenimiento, no se están ejecutando.
La crisis refleja una histórica falta de prevención, decisiones políticas erráticas y una ejecución ineficiente que sigue poniendo en riesgo la conectividad nacional.