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Guatemala en la encrucijada marítima: las tarifas de EE. UU. a barcos chinos, opinión de Melanie Müllers

El 17 de abril de 2025, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos anunció una medida de gran impacto bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio, imponiendo nuevas tarifas a barcos construidos o operados por entidades chinas. Esta disposición entrará en vigencia el 14 de octubre de 2025, con implicaciones para la economía global.

Parece una medida entre dos países, pero la realidad es que, las decisiones de los gigantes arrastran a todos. Guatemala, al depender del comercio marítimo para mover sus exportaciones, especialmente hacia Estados Unidos.

¿En qué consisten las nuevas tarifas?

Las tarifas contemplan un aumento progresivo hasta el 2028. En su fase inicial de 2025, los barcos construidos o gestionados por empresas chinas deberán pagar USD 50 por tonelada neta, y en el caso de contenedores, USD 120 por unidad descargada en puertos estadounidenses. Para el 2028, estas cifras subirán a USD 140 por tonelada y USD 250 por contenedor. Incluso si una embarcación fue construida en China, pero ahora es operada por una naviera internacional, se aplicarán tarifas menores, pero también significativas.

Esta medida encarece el costo del transporte marítimo a través de navieras que utilizan barcos chinos, muchas de las cuales operan en rutas hacia América Latina, incluyendo Guatemala. Específicamente:

Aumento de costos logísticos: Empresas guatemaltecas exportadoras, especialmente en los sectores agrícola, textil y manufacturero, podrían ver sus márgenes de ganancia reducidos. Cadenas de supermercados y distribuidores internacionales podrían preferir productos de países con estructuras logísticas más baratas.

Riesgo para pequeñas y medianas empresas: Las empresas más vulnerables alzas en los costos logísticos son las PYMES, que ya enfrentan barreras de entrada a los mercados internacionales. 

Impacto en las importaciones: El flujo inverso también se verá afectado. Guatemala importa maquinaria, insumos médicos, electrónicos y bienes de consumo desde Asia, muchos de los cuales llegan en embarcaciones chinas o en rutas logísticas que cruzan por puertos estadounidenses. Esto puede encarecer productos básicos, afectando el costo de vida.

Las tarifas a barcos chinos podrían parecer un tema adicional en la guerra comercial EE. UU.–China, pero para Guatemala, significa una advertencia: no podemos seguir dependiendo de una sola ruta ni de un solo modelo logístico.

Puertos regionales bajo presión: Los puertos de Santo Tomás de Castilla y Puerto Quetzal podrían enfrentar mayores demoras o redireccionamientos si las navieras reorganizan rutas para evitar recargos, afectando el flujo normal del comercio.

La medida estadounidense también refleja una tendencia más amplia: el retorno a políticas industriales nacionales, proteccionismo y rivalidad estratégica con China. La construcción naval es un sector que Washington considera clave para su seguridad económica. Esta ofensiva busca frenar el dominio chino, que ya representa más del 40 % del tonelaje mundial de barcos construidos, pero también marca un giro hacia cadenas de suministro más controladas y localizadas.

¿Qué puede y debe hacer Guatemala?

Invertir en infraestructura portuaria: Modernizar los puertos, automatizar procesos, aumentar la capacidad logística y mejorar conectividad ferroviaria. No solo para resistir el impacto, sino para atraer inversión.

Fomentar acuerdos regionales de transporte marítimo: Guatemala debería impulsar alianzas regionales con México, Panamá y Colombia para buscar rutas alternativas, coordinación aduanera y flotas compartidas.

Promover el “nearshoring”: Aprovechar el reordenamiento global de cadenas de suministro para atraer empresas que buscan salir de Asia. Guatemala, por su cercanía a EE. UU., tiene una ventaja estratégica que debe capitalizar.

Crear un fondo de contingencia para PYMES exportadoras: Este fondo, público-privado, podría ofrecer apoyo ante alzas logísticas imprevistas y capacitaciones para rediseñar modelos de exportación.

Las tarifas a barcos chinos podrían parecer un tema adicional en la guerra comercial EE. UU.–China, pero para Guatemala, significa una advertencia: no podemos seguir dependiendo de una sola ruta ni de un solo modelo logístico. Es hora de tomar decisiones inteligentes y coordinadas para proteger nuestra competitividad y asegurar nuestro lugar en un mundo cada vez más impredecible…

Melanie Mullers
Guatemalteca, madre, administradora pública, maestría y doctorado en Investigación Social, creyente y temerosa de Dios.