Home OPINION ¿Es el TPS una solución real?, opinión de Melanie Müllers

¿Es el TPS una solución real?, opinión de Melanie Müllers

El Estatus de Protección Temporal (TPS) ha sido, por décadas, un salvavidas para miles de migrantes que, enfrentando conflictos, desastres naturales o situaciones de peligro extremo en sus países de origen, encontraron en Estados Unidos un refugio seguro. Sin embargo, este programa humanitario, aunque valioso, es fundamentalmente defectuoso y deja a sus beneficiarios atrapados en un limbo legal que perpetúa la incertidumbre y la vulnerabilidad.

El problema más evidente del TPS es su naturaleza temporal. Aunque el estatus se otorga por un período inicial de seis a 18 meses, su renovación depende del juicio del Departamento de Seguridad Nacional y de las decisiones políticas de la administración de turno. Esto significa que la estabilidad de las familias y trabajadores que dependen de este programa está siempre en riesgo, sujeta a los vaivenes de la política. Los beneficiarios viven con el temor constante de que, en cualquier momento, el programa pueda ser cancelado, exponiéndolos a la deportación.

Otro gran defecto del TPS es que no ofrece un camino hacia la residencia permanente ni la ciudadanía. A diferencia de otros programas, como DACA, que aunque también es limitado, ha impulsado el debate sobre la necesidad de una reforma migratoria más amplia, el TPS solo prolonga la estancia legal sin brindar una solución definitiva. Los beneficiarios del TPS contribuyen a la economía, pagan impuestos y son miembros activos de sus comunidades, pero carecen de la posibilidad de asegurar su futuro en Estados Unidos.

La dependencia de decisiones políticas agrava esta situación. Bajo administraciones favorables, como la de Biden, se ha renovado el estatus para varias nacionalidades. Pero administraciones más restrictivas, como la de Trump, han intentado terminarlo. Este péndulo político convierte al TPS en una herramienta frágil, que lejos de proteger a sus beneficiarios de forma duradera, los deja expuestos a cambios abruptos y decisiones arbitrarias.

Estados Unidos tiene la oportunidad de demostrar liderazgo al proporcionar un camino claro hacia la estabilidad y la integración plena para quienes han contribuido tanto al país.

Además, el proceso de renovación del TPS conlleva costos significativos. Las tarifas gubernamentales pueden ser prohibitivas para muchas familias migrantes y, en muchos casos, deben recurrir a asesoría legal, sumando aún más gastos. Si una persona pierde la fecha límite o comete un error, puede quedar fuera del programa y enfrentarse a la deportación inmediata.

La falta de acceso a ciertos beneficios sociales es otro obstáculo. Aunque el TPS permite trabajar legalmente, los beneficiarios no siempre tienen acceso pleno a programas esenciales como asistencia médica o financiera, lo que aumenta su vulnerabilidad en tiempos de crisis.

Una solución viable: La regularización permanente

Para que los beneficiarios del TPS logren la estabilidad que tanto necesitan, es crucial implementar una reforma migratoria integral que les ofrezca un camino hacia la residencia permanente y, eventualmente, la ciudadanía. Una solución efectiva podría ser la creación de un programa de regularización permanente que tome en cuenta la contribución económica, social y cultural de las personas migrantes.

Otra vía viable sería ampliar las categorías existentes de residencia permanente, como las basadas en empleo o lazos familiares, para incluir automáticamente a los beneficiarios del TPS. Al integrarlos plenamente, no solo se resolvería su situación legal, sino que también se fortalecerían las comunidades. Las políticas de acción diferida podrían extenderse para proteger a las personas migrantes de decisiones abruptas que pongan en peligro su estabilidad y bienestar.

El TPS, aunque bien intencionado, no es suficiente. No podemos seguir ignorando el hecho de que miles de familias viven en un estado de limbo legal, sin garantías de seguridad a largo plazo. Estados Unidos tiene la oportunidad de demostrar liderazgo al proporcionar un camino claro hacia la estabilidad y la integración plena para quienes han contribuido tanto al país. Es hora de convertir lo temporal en permanente y de transformar la incertidumbre en certeza.

La opinión de este artículo es ajena a Noticiero El Vigilante