El cráter, encontrado en una zona remota del noroeste de Australia, “desafía significativamente las suposiciones previas sobre la historia antigua de nuestro planeta”, señalaron investigadores de la Universidad de Curtin, que encontraron evidencias de un impacto hace 3.500 millones de años.
Se estima que el meteorito impactó en la zona a más de 36.000 kilómetros por hora, formando un cráter de más de 100 kilómetros de ancho y posiblemente esparciendo escombros por todo el planeta, según el estudio.

En mayo de 2021, un equipo de especialistas emprendió un viaje desde Perth hacia la región de Pilbara, en Australia Occidental. Este desplazamiento tenía un objetivo claro: localizar evidencia visible de un cráter asociado con antiguos impactos de meteoritos. Los geólogos involucrados en el proyecto contaron con la colaboración del Servicio Geológico de Australia Occidental (GSWA) para trabajar durante dos semanas en esta zona, con la intención de reforzar su hipótesis sobre el origen de los primeros continentes terrestres.

En cualquier caso, existe un consenso dentro de la comunidad científica sobre el papel crucial que tuvieron aquellos primeros continentes en los procesos químicos y biológicos de la Tierra primitiva. Estos fragmentos iniciales de tierra firme habrían sentado las bases para transformaciones que moldearon el planeta, independientemente del mecanismo que propició su formación.
