El actor de Hollywood pasó de ser una de las figuras clave en pedir la renuncia de Biden a convertirse en blanco de las críticas de sus colegas tras el fracaso de Kamala Harris en las presidenciales. Detrás de esta situación estuvo Barack Obama, considerado uno de los estrategas de la campaña demócrata
El actor hollywoodense George Clooney está “furioso” con el expresidente Barack Obama luego del fracaso del Partido Demócrata en las pasadas elecciones presidenciales. Haber puesto su nombre en numerosos actos de campaña y recaudaciones no solo le vino mal, en el sentido de ser partícipe de la derrota de Kamala Harris en las urnas, sino también será recordado como alguien que ayudó a poner fin a la carrera política del actual mandatario, Joe Biden.
La carta que Clooney publicó en The New York Times fue quizás uno de los exhortos que más resonó para pedirle a Biden renunciar a su candidatura cuando aún competía contra Donald Trump. La frase: “La única batalla que no puede ganar es la lucha contra el tiempo. Ninguno de nosotros puede”, fue lapidaria para el entonces abanderado demócrata, con 81 años, y uno de los factores que contribuyó a que 11 días después cediera su lugar a Kamala Harris. Seguramente el actor lo recordará por siempre ya que ahora este “se siente engañado y jura que nunca más será el aguador político de nadie”, según contó una fuente a Radaronline.
Lo que atraviesa el actor demócrata llega a su punto cumbre, por el hecho de las diferencias que existen con el expresidente Barack Obama, uno de los cerebros detrás de la fracasada campaña. De mantener una amistad, ahora se pasaron a las rencillas. Esta vez, Clooney “está furioso [con Obama] por desaparecer después del desastre electoral y dejarlo con la responsabilidad de impulsar el plan con sus amigos de Hollywood”, agregó la fuente. Por supuesto, resulta difícil que alguno de los dos compruebe oficialmente esta versión, pero tampoco es descabellada, considerando que esta celebridad ha sido promotor y donante de dicho partido por largo tiempo.
“Ahora todos se quejan del baño de sangre”
Solamente en junio de este año George Clooney, junto a actrices como Julia Roberts ayudaron a recaudar más de 30 millones de dólares para la campaña demócrata. Sin embargo, quedó claro que un mensaje en este respaldo y es que no importa cuánto ruido hacen este tipo de eventos, al final lo importante es el mensaje enviado a los electores.
En eso fallaron Obama, Biden y Harris, al omitir las verdaderas necesidades de los estadounidenses, como proponer soluciones ante la elevada inflación, en lugar de crear filtros de Snapchat para los electores jóvenes progresistas. George Clooney tendrá que vivir con eso, teniendo en cuenta, además, que aquel artículo publicado en NYT fue escrito no solo con la aprobación de Obama sino a pedido suyo, según versiones que circularon en ese momento.
En resumen, fue un plan para deshacerse de Biden y lo lograron, aunque las cosas no salieron bien para los demócratas. Así lo describe la fuente cercana al actor: “George siente que dio un paso adelante y recibió una bala por el equipo, y ahora todos se quejan del baño de sangre”. Pasó de ser uno de los mayores rostros de los demócratas en Hollywood a ser blanco de críticas entre sus propios colegas.
Por si fuera poco, la esposa del actor, Amal Clooney, está detrás de la decisión de la Corte Penal Internacional (CPI) de pedir el arresto del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el marco de la guerra contra Hamás. Podría decirse que los próximos cuatro años George Clooney no será una figura a la cual sea bueno escuchar en asuntos políticos.
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