El consumo de pescado recomendado, según guías en EE. UU., es de dos porciones semanales, meta no cumplida por el 90 % de la población. Los pescados grasos, como el salmón, las sardinas y la trucha, son las mejores fuentes de omega-3, mientras que opciones magras como el bacalao y el hipogloso destacan por su contenido proteico.

Las sardinas encabezan la lista de los pescados más saludables debido a su alto contenido de ácidos grasos omega-3, que son esenciales para la salud cerebral, cardíaca y metabólica.

El salmón es otro pescado destacado por su contenido de omega-3 y vitamina D. Según Today, tanto las variedades silvestres como las de cultivo son seguras para el consumo regular, ya que presentan niveles bajos de mercurio.

Para quienes prefieren un sabor más delicado, la trucha y el salvelino ártico son excelentes opciones. Ambos pescados son ricos en omega-3 y vitamina D, y pueden utilizarse de manera intercambiable en recetas que incluyan salmón.

El atún enlatado es una fuente económica y versátil de proteínas. Según Today, el atún claro tiene menos mercurio que las variedades de aleta amarilla y blanco, por lo que es más seguro consumirlo con mayor frecuencia.