Sobre El Asesinato, Secuestro y Usurpación en Finca La Perla, los propietarios se pronuncian en un comunicado oficial:
Finca La Perla fue adquirida en 1941 por el señor José Luis Arenas Barrera mediante un contrato de compraventa, el cual está debidamente inscrito en el Segundo Registro de la Propiedad.
Nuestro compromiso ha sido promover el desarrollo en una región remota y desatendida, transformando la vida de la comunidad a través de la creación de oportunidades y empleo. En los últimos cinco años, hemos lotificado y otorgado títulos de propiedad con facilidades de pago a cientos de familias en esta zona que se encuentra dentro de nuestra propiedad.
El jueves 31 de octubre de 2024, nuestros colaboradores encontraron la zona mencionada marcada por un terraplén, estacas y láminas. Estas acciones constituyen un delito y materializaban el inicio de la usurpación de nuestra propiedad.
Ese mismo día, los señores Ricardo Arenas Menes y Enrique Arenas Echeverría, al bajar de los vehículos, se encontraron con un grupo de aproximadamente 35 personas, lideradas por cinco integrantes del grupo invasor, quienes inmediatamente comenzaron a lanzar amenazas verbales y a incitar a la violencia, amenazándolos de amarrarlos, quemarlos y asesinarlos.
En medio de esta agresión, los invasores dispararon, lo que llevó a la seguridad de la finca a responder con disparos disuasivos, siguiendo la directriz de no emplear fuego letal. A pesar de ello, Juan Lucas Pérez Carrillo, un guardia de seguridad desarmado de la finca, fue asesinado a sangre fría por los invasores.
Con temor de ser asesinados por los invasores, los señores Arenas, Santiago y Herrarte intentan retirarse del lugar inmediatamente. Sin embargo, los delincuentes los secuestran, privándolos de su libertad y de su derecho de locomoción con riesgo para su vida.
Se presenta la denuncia en la Ciudad de Guatemala. En ese momento las autoridades pertinentes actúan con gran diligencia, logrando rescatar a todos los secuestrados aproximadamente a las 4:20 p.m.
Agradecemos y reconocemos el excelente trabajo de las autoridades del Ministerio Público y del Organismo Ejecutivo, así como de los elementos de la fuerza pública, que permitieron resguardar la vida y la libertad de las víctimas que aún estaban con vida.