La capacidad para atender a la población enferma en el Hospital General San Juan de Dios rebasó los límites. Los pacientes llegan a esperar hasta siete días sentados en sillones mientras se desocupa una camilla en el área de encamamiento ―hay 980 camas―. La Emergencia también está saturada, y en un espacio para cien hay de 150 a 170 personas, mientras que los quirófanos no se dan abasto.
El constante traslado de pacientes de los hospitales de la provincia también satura los servicios, pues a diario admiten más de 10 solicitudes. Al no tener más espacio ni los medicamentos para asistirlos, desde el viernes 20 de septiembre se decidió dejar de recibir estos casos, y la medida permanecerá hasta nueva orden.
Maria Fernanda Noa, jefe de residentes de Medicina de Emergencia, mencionó que este lunes no tenían medicamentos básicos como solución salina de mil ml, por lo que debían usar varios botes de una presentación menor. También faltaban anestésicos y antibióticos, lo que afecta los procesos en las salas de operaciones.