El gobernador del estado mexicano de Chiapas lanzó una fuerte acusación contra autoridades guatemaltecas tras un violento enfrentamiento armado en la zona fronteriza entre ambos países. A través de la red social X, el mandatario señaló que es “muy delicado que autoridades encargadas de velar por la seguridad participen en estos actos”, sugiriendo una posible colusión con el crimen organizado. “Lo más grave es estar al servicio de la delincuencia”, añadió, exigiendo que Guatemala actúe con legalidad y responsabilidad.
El conflicto estalló en el área de Frontera Comalapa, donde un comando armado de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP) de México habría ingresado al territorio guatemalteco para enfrentar a integrantes del cártel de los Huistas, grupo criminal con fuerte influencia en Huehuetenango. Reportes ciudadanos aseguran que agentes de la PNC guatemalteca y soldados intentaron proteger a los narcotraficantes, lo que ha desatado una crisis diplomática por la aparente violación de soberanía territorial.
La Secretaría de Seguridad del Pueblo de Chiapas, por su parte, ha desplegado más de mil elementos tras emboscadas recientes y asegura que seguirá actuando con firmeza para garantizar la seguridad en la región.
El narcotráfico y la violencia en el sur de México, especialmente en estados como Chiapas, han impulsado un fenómeno creciente de desplazamiento forzado hacia Guatemala. Mientras tanto, el proyecto mexicano del Tren Maya, promovido como una obra de desarrollo regional, comienza a generar preocupación en territorio guatemalteco, tanto por sus impactos ambientales como por sus implicaciones en materia de seguridad y migración.
México ha manifestado su intención de extender el Tren Maya hasta la frontera con Guatemala, lo que podría abrir una nueva ruta comercial y turística. Sin embargo, la falta de controles efectivos en ambos países podría facilitar también el aumento del trasiego de personas, armas, drogas y mercancías de contrabando. La infraestructura ferroviaria conectaría zonas altamente vulnerables al crimen organizado, incluyendo territorios controlados por grupos como los Huistas en Guatemala.
Además, el proyecto podría agudizar los enfrentamientos armados en la región fronteriza. La reciente incursión de tropas mexicanas en Guatemala y los constantes choques entre grupos paramilitares, narcotraficantes y fuerzas de seguridad muestran un patrón alarmante de tensión creciente. Guatemala, bajo el gobierno de Bernardo Arévalo, enfrenta cuestionamientos sobre su capacidad para combatir el narcotráfico. Los Huistas dominan una región clave para el trasiego de droga y, según analistas, mantienen vínculos con funcionarios, empresarios y sectores de seguridad.