Bienvenido Sr. Secretario de Estado, Senador Marco Rubio, en su visita a Guatemala, tierra hospitalaria, generosa, digna y agradecida.
Desafortunadamente llega a un país cuyos Gobiernos no han tenido ni tienen la decisión de cumplir con su obligación Constitucional de garantizar la vida y la seguridad de sus ciudadanos. Vivimos a merced de los corruptos y los extorsionistas.
Esos dos cánceres no permiten que nuestro país se desarrolle, haya empleo digno y sus ciudadanos no tengan que irse a otros países.
Todas las promesas que le haga nuestro Gobierno y las personas con quienes se reúna, serán falsas si no existe la voluntad, decisión y acciones para acabar de raíz con la corrupción y su malvado engendro: la extorsión.
Los guatemaltecos amamos nuestro país. Si nos dejan trabajar y vivir en paz aquí puede alcanzarse el sueño.
Nuestro país también puede volver a alcanzar grandeza moral, económica y social.
