Es un músculo poco conocido por las personas, pero de una gran relevancia. Y no sólo porque es indispensable para poder estar de pie y caminar.
El sóleo, situado en la parte baja de la pantorrilla, es uno de esos órganos polifacéticos que no sólo nos mantiene erguidos, sino que contiene dos importantes venas en su interior que juegan un papel clave en la circulación sanguínea. Por ello muchos lo han definido como un “segundo corazón”.
El sóleo, además, tiene una función muy particular: ayuda al corazón en su trabajo de bombear la sangre alrededor del cuerpo.
“Pero la sabia naturaleza puso estas venas dentro del sóleo para que se compriman cuando el músculo se contrae. Cuando las comprime, esas venas se llenan y se vacían y envían ese fluido de vuelta al corazón”.
Con cada paso que das estás impulsando la sangre que está en tus piernas de vuelta al corazón.
Para el doctor Pedret, el trabajo ideal es caminar: “La tendencia de todo el mundo es creerse que fortaleciendo y trabajando muchísimo el músculo sóleo será más saludable. Y precisamente es un músculo que, por sus características lo que requiere es una actividad mantenida, pero sin estresarlo demasiado”.