¡Bienvenidos a el clavo ! Hoy exploraremos el impacto de las políticas monetarias divergentes entre Estados Unidos y Europa.
En Estados Unidos, la economía se mantiene robusta, lo que ha llevado a la Reserva Federal a mantener las tasas de interés sin cambios. Sin embargo, el mercado de bonos del Tesoro de EE. UU. ha experimentado un aumento en los rendimientos a corto y medio plazo, alcanzando cerca del 5%, impulsado por el volumen masivo de bonos del gobierno que se están emitiendo.
Por otro lado, en Europa, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha dejado abiertas todas las opciones después de la última reunión sobre tasas en abril. Sin embargo, los mercados están anticipando un posible recorte de tasas en junio, más de tres meses antes de lo que se espera que haga la Reserva Federal en Estados Unidos. Además, el Banco Nacional Suizo ya ha adelantado un recorte de tasas en marzo, y el Banco de Inglaterra podría seguir su ejemplo pronto.
¿Cuáles son los argumentos detrás de esta posible acción en Europa? El crecimiento en la zona euro está estancado, con un modesto aumento del 0,1% en el cuarto trimestre de 2023, en comparación con el sólido 3,1% de EE. UU. Además, la economía de Alemania se contrajo un 0,3% en términos reales en 2023. A diferencia de EE. UU., la inflación en Europa ha disminuido más rápidamente de lo esperado, con los precios al consumidor aumentando un 2,4% en marzo en comparación con el año anterior, aunque la inflación subyacente se mantiene en un 2,9%.
Es importante dar con el clavo para descubrir cómo estas divergencias están moldeando el panorama financiero global y qué implicaciones tienen para los inversores.