A lo largo de la historia siempre ha habido alimentos que se han llevado la fama de ser desinhibidores del apetito sexual.
El chocolate, la canela, las ostras, el ginseng… estos y otros alimentos tienen fama de potenciadores sexuales. Realmente, la clave no está en uno u otro producto sino en el potencial de la nutrición para la sexualidad. No existe evidencia científica documentada sobre la eficacia de ciertos alimentos en nuestro apetito sexual: es meramente sugestivo y está condicionado por lo que hemos escuchado y asumido durante años.
Ingerir alimentos nutricionalmente saludables ayuda a que nuestro sistema endocrino funcione mejor, factor que afecta positivamente a la sexualidad. Por supuesto, también es de vital importancia tener ciertas rutinas en cuanto a ejercicio o actividad física para que actúen como catalizador de la potencia sexual.
Sí que es cierto que el huevo influye en la testosterona y la espinaca favorece la producción de estrógenos. Los frutos secos ayudan a prevenir dolencias en los ovarios y las ostras impulsan la creación de esperma gracias a su alto contenido en zinc. ¿Son alimentos afrodisiacos? No, pero potencian e incitan a ello.