Ninguna innovación tecnológica es perfecta, siempre puede ser vulnerada por los ciberdelincuentes.
La eSIM, o SIM integrada, es un chip incrustado en el dispositivo que permite al usuario activar el servicio de telefonía móvil de forma digital, sin necesidad de una tarjeta SIM física.
Este proceso comienza con técnicas de ingeniería social, phishing u otros métodos de engaño para obtener acceso a las cuentas móviles de los usuarios y tener el código QR que les permite activar la eSIM en su propio dispositivo.
Una vez que los delincuentes tienen el control del número de teléfono de la víctima, pueden llevar a cabo una serie de acciones maliciosas, como el robo de identidad digital, el fraude financiero, la extorsión y el daño a la reputación de la víctima.