Gustavo Petro ha dicho que de no aprobarse sus reformas convocaría a una asamblea constituyente. Esta, según el artículo 376 de la Constitución, requiere de mayorías especiales. Por tanto, es posible que se esté refiriendo a otra clase de constituyente, una constituyente subversiva
El martes, muy temprano, el gobierno nacional, que creía tener todo listo para la aprobación de la reforma a la salud, se vio sorprendido por la noticia de que siete senadores de la Comisión Séptima habían radicado una ponencia de archivo de esta. La misma fue más tarde suscrita por una octava senadora, Norma Hurtado. Después se conoció que se sumó Ana Paola Agudelo. Y así fue como quedó establecido que la reforma se hundiría.
El gobierno solo consiguió cinco apoyos, mientras que la oposición tiene el respaldo de nueve senadores. Son ellos: Lorena Ríos, Honorio Hernández, Alirio Barrera, Nadia Blel, José Marín, Ángel Pinto, Berenice Bedoya, Norma Hurtado y Ana Paola Agudelo
En rueda de prensa manifestó con su ya habitual alharaca que el actual sistema de salud no es sostenible y descargó su ira contra algunas EPS que, según él, tienen billones de pesos perdidos en reservas técnicas.
El segundo golpe recibido por el presidente provino del honorable Tribunal de Justicia y Paz de Barranquilla.
El magistrado Carlos Andrés Pérez, mediante auto 148 del 13 de marzo de 2024, negó de forma contundente y ajustada a derecho la libertad a Salvatore Mancuso, criminal de lesa humanidad, a quien en agosto pasado el gobierno nacional nombró gestor de paz
Después de estas tres acertadas decisiones que se traducen en un contundente llamado a hacer las cosas bien, el siempre equilibrado, ecuánime y ponderado presidente Gustavo Petro decidió, durante un evento en la Universidad Nacional, “despacharse” como coloquialmente se dice, en contra de la radio y en particular de las cadenas Caracol y RCN.
El miércoles negro culminó con la frustración del eventual sabotaje que se le quiso hacer a la Corte Suprema de Justicia.