Desde el inicio de la pandemia, el uso de tarjetas de crédito se ha vuelto una práctica común entre los guatemaltecos, reflejando un aumento significativo en las transacciones y saldos de estas tarjetas.
Según la Superintendencia de Bancos en el 2023, se registró un incremento del 12.57% en el uso de tarjetas de crédito respecto al año anterior. Para finales de 2022, el saldo total de transacciones alcanzó los Q22 mil millones, mientras que para finales de 2023, este saldo ascendió a Q31 mil millones, representando un aumento de Q9 mil millones en solo un año, lo que equivale a un incremento del 38%.
Esto contrasta con otros tipos de deuda, el saldo de la tarjeta de crédito representa el 10% del total de préstamos del sistema bancario y el 24% del total del crédito que los bancos destinan al consumo.
La Super intendencia de bancos reportó tasas de interés promedio ponderadas que oscilan entre el 48% y el 51%, dependiendo del monto del consumo realizado en la tarjeta de Credito.
Sin embargo, este aumento en el uso de tarjetas de crédito ha coincidido con la implementación de una nueva ley de tarjetas de crédito en Guatemala.
Esta ley busca introducir cambios significativos en el mercado, como permitir que las cooperativas emitan tarjetas de crédito, lo que podría aumentar la competencia y potencialmente mejorar las condiciones para los usuarios.
Además, la ley establece medidas para proteger a los usuarios en caso de cambios adversos en sus situaciones financieras o en los términos del contrato por parte de las instituciones financieras.
A pesar de estos aspectos positivos, la ley también ha generado preocupaciones. Por ejemplo, se prohíbe la capitalización de intereses, lo que podría resultar en tasas de interés más altas para los usuarios de tarjetas de crédito. Además, se impide a los comercios aplicar sobrecargos por el uso de tarjetas de crédito, lo que podría afectar a los negocios más pequeños que enfrentan costos adicionales por ofrecer este método de pago.
En resumen, si bien el incremento en el uso de tarjetas de crédito refleja una mayor confianza de los guatemaltecos en este medio de pago, la nueva ley plantea tanto aspectos positivos como negativos.
Si se implementa de manera efectiva, la ley podría mejorar la competencia y proteger a los usuarios, pero también podría tener repercusiones negativas en las tasas de interés y la viabilidad de los pequeños comercios. Es fundamental seguir de cerca su implementación y realizar ajustes donde sea necesario para garantizar un equilibrio adecuado entre la protección del consumidor y la salud financiera del sistema.