El gobierno regional catalán declaró fase de emergencia en Barcelona y su área metropolitana por la sequía histórica que afecta la región del noreste español.
Esto implica nuevas restricciones para unos seis millones de personas, especialmente para los usos relacionados con la agricultura, la ganadería y la industria, por lo que anticipa un verano con mayores restricciones que afectará también a los millones de turistas que visitan Barcelona.