La ofensiva ordenada por Washington y Londres contra varias provincias controladas por rebeldes ocurren tras meses de ataques por parte de los hutíes contra embarcaciones de banderas internacionales que utilizaban la ruta del mar Rojo.
Los hutíes apoyan a Hamás en la guerra que estalló en Gaza el 7 de octubre tras el ataque que la milicia palestina lanzó contra Israel y que dejó 1.200 muertos.
Estos ataques forzaron a cinco grandes empresas, entre ellas la petrolera British Petroleum (BP) y las navieras MSC, CMA CGM, Maersk y Hapag-Lloyd, a utilizar otras rutas comerciales mucho más largas para proteger a sus tripulaciones, barcos y mercancías, causando interrupciones en el transporte marítimo internacional.