Hablar acerca de querer morirse, sentirse una carga para los demás, culpa o vergüenza ser extremadamente ansioso, triste o enojado o con un dolor insoportable sea este físico o emocional son algunas señales de alarma que las personas con conductas suicidas podrían manifestar.
En esa línea, cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio y, el ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), se une a ese evento que busca concienciar a la población acerca de su salud mental, emocional y la preservación de la vida.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 1 por ciento de las muertes en el mundo es por el suicidio, lo cual significa que son más las personas que pierden la vida cada año por esa causa que la gente que fallece por VIH, malaria, cáncer de mama o por guerras y homicidios.
Asimismo, declara que es la cuarta razón de defunciones entre jóvenes de 15 a 29 años de edad, después de los accidentes de tránsito, la tuberculosis y la violencia en sus diversas manifestaciones. Por ello, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recuerda que el suicidio es un problema de salud pública e insta a los gobiernos a atenderlo con diligencia.
Señales alarmantes
Jenifer Ramírez, psicóloga clínica del Programa de Salud Mental de la cartera de Salud, dice que la prevención del suicidio ocupa un lugar prioritario para la salud pública del país, pues los estudios sobre el tema muestran que la mayoría de esas pautas suicidas van precedidas de señales.
Añade que la diferencia entre suicidio o intento de suicidio es que el primero es una muerte causada por un comportamiento perjudicial el cual se adopta para morir y, el segundo, consiste en un conjunto de conductas no mortales pero perniciosas con la intención de fenecer.
Los cambios repentinos de humor, hacer un plan para perecer, alejarse de los amigos, conducir a excesiva velocidad, comer o dormir demasiado o muy poco, así como consumir drogas o alcohol con mucha más frecuencia, son algunos factores que podrían presentar las personas con conductas de esa naturaleza.
Por eso es importante mantenerse alerta si algún familiar o persona cercana a nuestro entorno exhibe actuaciones de esa índole, para llevarlo con urgencia a alguno de los centros de salud más cercano para que reciba una atención inmediata y personalizada.
“Debemos terminar con los estigmas que sufre cada persona con ese proceder, pues es una de las principales barreras para prevenir el suicidio y no quedarse callado”, finaliza la profesional de la salud mental.