Home OPINION Fraude electoral e invasión extranjera e internacional, Opinión por Luis Enrique Pérez

Fraude electoral e invasión extranjera e internacional, Opinión por Luis Enrique Pérez

Quise creer que, en la elección celebrada el pasado 25 de junio, en la que ninguno de los candidatos presidenciales obtuvo mayoría absoluta de votos, no había sido cometido un fraude. Aludo a un fraude destinado a convertir a Bernardo Arévalo en uno de los dos candidatos que obtendrían más votos, y por ello, uno de los dos candidatos que contenderían en una segunda elección.

También quise creer que aquella elección tenía la persuasiva apariencia de ser fraudulenta, no porque realmente lo hubiera sido, sino porque los magistrados del Tribunal Supremo Electoral habían exhibido, con licenciosa espectacularidad, incompetencia, ineptitud, negligencia y estulticia; y podían ser ganadores de un imaginado premio otorgado a los peores magistrados electorales que ha habido en nuestra patria. Se me impuso, finalmente, la creencia en un fraude electoral cometido por esos magistrados, o cometido con la cooperación, o con la complicidad, de ellos.

Con el fin de defender la fraudulenta elección del 25 de junio y, por consiguiente, defender también la candidatura presidencial de Bernardo Arévalo en el actual proceso de segunda elección, una fauna extranjera e internacional ha invadido nuestra patria. Los especímenes de esa fauna están dotados de amenazantes, intimidantes fauces, garras, cuernos y colmillos. Es fauna que se afana por instituir, en nuestra patria, un régimen gubernamental socialista. Es fauna que equivale a un ejército de homínidos evolutivamente fracasados, que ataca a nuestra patria.

Algunos especímenes de esa fauna son el presidente de Estados Unidos de América, Joe Biden, y con él, el Secretario de Estado, Antony Blinken; el Subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols; y diputados y senadores del Partido Demócrata. Agréganse estos especímenes: el Secretario General de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres; los miembros del Colegio de Comisarios de la Unión Europea; y el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. Decoran la fauna, con simiesca intrepidez, los magistrados de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Esos especímenes exigen respetar la voluntad popular; pero realmente exigen respetar el fraude, y brindarle la oportunidad de ser Presidente de la República a un predicador de sacrosantas estupideces, como la igualdad económica, la equidad de riqueza, la economía humana, el Estado empresarial y el incremento del poder gubernamental con una finalidad presuntamente benefactora

La sospecha de un fraude y la denuncia de indicios de que había sido cometido tal fraude, y la imposibilidad de que el Tribunal Supremo Electoral disipara esa sospecha e invalidara esa denuncia, suscitó el peligro de una vorágine política. Entonces la Corte de Constitucionalidad ordenó al tribunal electoral que permitiera una comprobación del número de votos que los electores realmente adjudicaron a cada partido o a cada candidato.

El tribunal electoral simuló obedecer la orden, es decir, no permitió la comprobación; pero no pudo evitar inquietantes hallazgos que sugerían hechos fraudulentos. La invasora fauna extranjera e internacional no le concedió importancia al simulacro de comprobación, ni a los hallazgos.

El Director del Registro de Ciudadanos, del Tribunal Supremo Electoral, prescindió de la denuncia de que los fundadores del partido Movimiento Semilla, del cual Bernardo Arévalo es candidato presidencial, habían afiliado a ciudadanos que ya habían fallecido. También prescindió de la denuncia de que, con fines de afiliación, habían falsificado firmas de ciudadanos. El partido tenía, entonces, un origen delictivo, que podía impedir la candidatura presidencial de Bernardo Arévalo. La invasora fauna extranjera e internacional no le concedió importancia a tal origen.

¿Hay una demostración judicialmente válida de fraude electoral? No la hay, y quizá no pueda haberla porque el fraude puede ser concebido y ejecutado de modo tal que, precisamente, nunca pueda ser demostrado. Empero, si no puede ser demostrado, ¿por qué afirmar que hubo fraude? Mi opinión es que hay indicios suficientes de que hubo fraude; pero, por supuesto,   el Tribunal Supremo Electoral pretende ocultarlo, e ilegalmente ha intentado impedir que el Ministerio Público investigue denunciados hechos fraudulentos, e investigue también el proceso de transmisión de información sobre número de votos adjudicados a partidos o a candidatos. La invasora fauna extranjera e internacional ha aprobado ese ilegal intento de la autoridad electoral.

El proceso de segunda elección continúa; pero hubo fraude. Es probable que se celebre la segunda elección, el próximo 20 de agosto; pero hubo fraude. El ganador de la elección puede ser Bernardo Arévalo; pero hubo fraude. Los magistrados del Tribunal Supremo Electoral pueden festejar la consumación del proceso electoral; pero hubo fraude. Los propietarios o los directores de los derrotados partidos políticos propensos al socialismo, animados por la esperanza de triunfo de Bernardo Arévalo, pueden consumirse en orgiástica celebración; pero hubo fraude. Presuntos apologistas de la democracia pueden defender, con incrementada intensidad de su sórdido griterío, la continuación del proceso electoral; pero hubo fraude. La fauna extranjera e internacional puede jactarse de haber obligado a respetar la voluntad popular de los guatemaltecos; pero hubo fraude.

Post scriptum. La fauna internacional y extranjera ha invadido holgadamente la patria con el fin de intervenir en el proceso electoral; pero el Presidente de la Repúblico ha permitido esa holgada invasión. De hecho, se ha aliado con el enemigo, o ha servido al enemigo. Tendría que ser acusado de cometer el delito que el Código Penal denomina traición propia.

La opinión de este artículo es ajena al Noticiero el Vigilante

La opinión de este artículo es ajena al Noticiero el Vigilante

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here