Vivir sin Internet puede parecer impensable en nuestra sociedad moderna y altamente tecnológica. Sin embargo, existe una pequeña comunidad que ha optado por rechazar no solo Internet, sino también el uso del móvil, la electricidad y la televisión. Estamos hablando de los amish, un grupo religioso y protestante que reside en diversas áreas de Estados Unidos y Canadá.
Los amish son conocidos por su estilo de vida sencillo y su resistencia a adoptar la tecnología. Para ellos, el respeto a la tradición es fundamental, y han optado por mantenerse alejados de los avances tecnológicos que caracterizan a nuestra sociedad contemporánea. Mientras que en nuestra cultura decir “sí” a lo nuevo es la norma, para los amish del Viejo Orden, el valor predeterminado es decir “no”.
La falta de electricidad en sus hogares implica la ausencia de muchas comodidades modernas, como Internet, la televisión y los teléfonos. En un mundo donde estamos constantemente conectados y dependemos de la tecnología para casi todo, la vida amish contrasta de manera sorprendente con nuestras vidas complejas y tecnológicas.
El uso del móvil es considerado “de mala educación” por los amish, quienes solo emplean la tecnología cuando es estrictamente necesario. Según Kevin Kelly, el objetivo de los amish no es quedarse en el siglo XVII, sino preservar y fortalecer las tradiciones de su comunidad. Durante el primer tercio del siglo XX, muchas comunidades amish rechazaron la electricidad, el teléfono y la radio precisamente para mantener su estilo de vida tradicional y alejado de las influencias externas.
¿Por qué rechazan la tecnología? Youssef Khaoulani Menjour, soporte técnico en Grupo Microserver, explica que los amish no rechazan toda la tecnología o el mundo moderno en sí, sino que se oponen a las “tecnologías mundanas” que no son productivas para la comunidad. Aunque no utilizan muchos dispositivos modernos, sí hacen uso de la electricidad cuando es necesario, instalando temporalmente maquinaria moderna para realizar tareas vitales.
Los amish emplean lecherías con refrigeradores, explotaciones agrícolas con tecnología controlada por ordenador y aparatos eléctricos con aire comprimido en lugar de baterías. Sin embargo, han dejado de lado las tarjetas de crédito y los teléfonos móviles. La utilización excesiva de las tarjetas de crédito llevó a problemas de gastos y endeudamiento, por lo que decidieron rechazarlas. En cuanto a los teléfonos móviles, estos no se adaptan a su tradición y, por lo tanto, no se introducen en la sociedad amish.
La vida sin Internet, sin móviles, electricidad y televisión puede parecer extraña y desafiante para la mayoría de nosotros, pero para los amish, representa una forma de preservar su identidad y sus tradiciones. A través de su estilo de vida sencillo y su enfoque en el trabajo comunitario, los amish demuestran que es posible vivir de manera diferente en un mundo cada vez más interconectado y dependiente de la tecnología.
Fuente: 20minutos / Ana Higuera
Video producido y editado por: Tech News