Aún excluyendo el gasto vinculado al Covid, la gestión del presidente Biden se queda con el segundo lugar como uno de los gobiernos más irresponsables fiscalmente de la historia, y sin lugar a dudas el más extremista de los últimos tiempos.
Pese a la exitosa negociación entre republicanos y demócratas para ampliar el techo de la deuda pública a cambio de bajar el gasto público, los efectos del acuerdo tendrán lugar recién para el año fiscal 2024 y en adelante.

La trayectoria actual de las finanzas públicas es preocupante: el déficit financiero del Gobierno federal superó el 7,26% del PBI en abril de 2023, mientras que el déficit primario supera fácilmente el 5% del PBI.
Es el segundo déficit más alto de la historia para el promedio de cualquier otra presidencia, con la sola excepción del Gobierno de Franklin D. Roosevelt entre 1933 y 1945.

De persistir en esta situación, no solamente el stock de deuda se vería completamente desequilibrado, sino que además la inflación podría tornarse un proceso enquistado en la economía.