La organización responsable de la brutal violencia en los disturbios de junio del 2020, durante las protestas por la muerte del criminal afroamericano George Floyd, cerró sus balances en 2022 con un déficit de US$ 9 millones de dólares, luego de que registraran una fuerte caída en la cantidad de donaciones mientras no bajaron ni un dólar en sus gastos.
Los directivos se adjudicaron sueldos de hasta $US125,000 mensuales. Millones de dólares salen de las finanzas de BLM a los bolsillos de los familiares de la fundadora de la organización, Patrisse Cullors.
La profundidad de las pérdidas efectuadas, se vuelve más grave cuando se que el año pasado 2022, BLM registró ingresos por una suma de US$ 42 millones de dólares netos, y finalizó el último balance con un total de US$ 30 millones de dólares en activos, esto es, alrededor de US$ 11,75 millones de dólares menos que con lo que inició el pasado año financiero. Esto arroja la conclusión de que el grupo gastó dos tercios de los US$ 90 millones de dólares que le ingresaron en un solo año.
De acuerdo a las auditorías realizadas, a la empresa Black Ties LLC, perteneciente a Paul Cullors, se le abonaban cifras de US$ 756.330 dólares en concepto de seguridad, siendo contabilizado un total de US$ 1.602.185 dólares bajo ese concepto.
En la seguidilla de pagos a miembros del comité ejecutivo de Black Lives Matter, también se encontró un pago de US$ 600.000 dólares a un miembro que no fue identificado
En términos nominales, su recaudación se desplomó en US$ 77 millones de dólares, y en el último ejercicio fiscal Black Lives Matter solo ha recaudado US$ 9,3 millones de dólares.