Sin dudas que uno de los grandes derrotados este domingo fue el sistema de encuestas. A diferencia de lo que ocurrió hoy, algunas mediciones anunciaban una escueta ventaja para el oficialismo y otras, incluso vaticinaban un triunfo de Alegre
Santiago Peña, el representante por el Partido Colorado, ganó la elección presidencial en Paraguay. Con 94,74 % de las actas contabilizadas, el oficialista obtuvo 42,93 %, cifra que se traduce en una amplia ventaja en comparación con Efraín Alegre de la coalición Concertación Nacional quien obtuvo 27,52 %. El Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) agregó que a estos les siguió Paraguayo Cubas con 22,73 %.
Para que eso ocurriera, hubo una participación del electorado del 63,11 %, el cual también eligió este 30 de abril a diputados, gobernadores y concejales. En tanto, el actual presidente saliente Mario Abdo Benítez, prometió una decisión “ordenada y transparente”. El oficialismo también consiguió la mayoría en el Senado y al menos 15 de 17 gobernaciones, según el boletín provisional oficial.
Derrota de las encuestas
Sin dudas que uno de los grandes derrotados este domingo fue el sistema de encuestas. A diferencia de lo que ocurrió hoy, algunas mediciones anunciaban una escueta ventaja para el oficialismo y otras, incluso vaticinaban un triunfo de Alegre. Hasta temprano, en el búnker del PLRA no eran pocos los que soñaban con la victoria y el batacazo. Cabe destacar que la única presidencia reciente de los azules fue el interinato de Federico Franco en 2012, cuando terminó el mandato del depuesto Fernando Lugo.
A partir de este lunes puede que lo más importante sean las señales de Santiago Peña a Estados Unidos. La secretaría de Estado apostó fuerte a la renovación, pero las sanciones por corrupción no calaron en el electorado paraguayo. Alegre hizo de ese asunto uno de los principales focos de campaña, diciendo que combatía electoralmente contra “la mafia”, pero la estrategia no dio frutos. Conociendo el pragmatismo colorado, que bien lo ha utilizado en la conservación del poder, es probable que el presidente electo comience a dar señales de paz y de restablecimiento de relaciones. Paraguay no se ha caracterizado por hacer locuras en materia de geopolítica y Santiago Peña tiene mucho por ganar si mantiene la sintonía con el norte, en comparación a un escenario de confrontación estéril.