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El partido Winaq y el fracaso político de Rigoberta Menchú, Opinión de Luis Enrique Pèrez

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El partido Movimiento Político Winaq, fundado por Rigoberta Menchú Tum, participa en el actual proceso electoral, aliado con el partido Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, fundado por ex guerrilleros. El candidato presidencial de la alianza es Amílcar Pop.

Rigoberta Menchú Tum nació en Uspantán, Quiché, el 9 de enero del año 1959. Ficciones de ella misma y de la izquierda nacional y extranjera pretendieron suscitar la creencia en que, durante su niñez, trabajó en fincas productoras de café, en las que habría sido víctima de explotación, y hasta habría sido acechada por capataces que ansiosos agitaban el látigo. Esas mismas ficciones también pretendieron suscitar la creencia en que la comunidad a la que ella pertenecía habría sido víctima de criminales terratenientes y arrasadores soldados del Ejército de Guatemala; pero ella, quizá oculta en generosas regiones del subsuelo, los habría eludido.

En el final de la década del año 1970 Menchú Tum se incorporó al Comité de Unidad Sindical y a una fantasmática organización insurgente denominada Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca, de la que fue miembro dirigente. Presuntamente fue perseguida por el Ejército de Guatemala; pero la persecución habría sido tan inexplicadamente negligente, que ella pudo escapar y exiliarse en México. Y emprendió una campaña internacional propagandística y publicitaria, destinada a obtener cooperación para financiar la insurgencia, derribar al régimen gubernamental e instaurar un Estado socialista.

Facciones internacionales y extranjeras izquierdistas, socialistas, comunistas o marxistas, convirtieron a Menchú Tum en una heroína indígena; en una intrépida y valerosa defensora de los llamados derechos humanos y de la llamada justicia social; y en un ungido agente de la historia cuya misión era vindicar a los pueblos indígenas ultrajados y sometidos a servidumbre. Y aunque intentaba provocar el conflicto entre capitalistas y trabajadores, o entre ricos y pobres, o entre indígenas y no indígenas, es decir, aunque no era precisamente pacifista, por clamor de aquellas mismas facciones fue adjudicado a ella el premio Nobel de la Paz, en el año 1992. Fue como si el premio Nobel de Química hubiese sido otorgado a un fabricante de bombas terroristas.

Su campaña propagandística y publicitaria, cínicamente elaborada con mentira, patraña, engaño, infamia, difamación y holgada inmoralidad, le confirió celebridad nacional e internacional. Esa celebridad, combinada con una estulta arrogancia y una insensata ambición, fue el preludio de su impresionante fracaso político, denunciado por los procesos electorales del año 2007 y del año 2011, en los que ella fue candidato presidencial. Esos procesos transformaron su triunfo internacional, producto del artificio propagandístico y publicitario, en derrota nacional, producto del manifiesto desprecio y la real voluntad de los electores.

En el proceso electoral del año 2007 su candidatura fue propuesta por el partido Encuentro por Guatemala. Obtuvo 3% del número total de votos. En Uspantán, el municipio en donde nació, obtuvo aproximadamente 400 de 10,000 votos. ¡Ingrato Uspantán! En el proceso electoral del año 2011 nuevamente fue candidato presidencial. Su candidatura fue propuesta por una ambiciosa coalición política, llamada Frente Amplio de Izquierda, constituida por el partido fundado por ella, es decir, el Movimiento Político Winaq, y por los partidos Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, y Alternativa Nueva Nación. Obtuvo 3% del número total de votos. En Uspantán obtuvo aproximadamente 460 de 17,000 votos. ¡Mil veces ingrato Uspantán!

Esos extraordinarios fracasos electorales probablemente persuadieron a Menchú Tum de desistir de su pretensión de ser Presidente de Guatemala; y ya no ha sido nuevamente candidato presidencial. Quizá en un acto de rara prudencia, celebrado secretamente en alguna iglesia de Uspantán, ha decidido nunca volver a serlo. Persiste, sin embargo, el partido que ella fundó. Esa persistencia es, empero, persistencia del fracaso político de ella misma. Efectivamente, en el proceso electoral del año 2015 el candidato presidencial del partido, aliado con la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, obtuvo 2% del número total de votos. Y en el proceso electoral del año 2019 el candidato presidencial del partido, no aliado, obtuvo 5% del número total de votos.

En el actual proceso electoral el Movimiento Político Winaq participa aliado otra vez con la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, quizá para resucitar fantasiosas esperanzas de triunfo conjunto, que probablemente se convertirán en un renovado fracaso compartido. Por supuesto, ambos partidos tienen el mérito de haber evitado la extinción, como si la pretensión de triunfo fuera un simulacro, y la auténtica pretensión fuera la mera conservación, la cual, aunque no sea políticamente decorosa, es psicológicamente consolatoria.

Post scriptum. He tratado sobre el fracaso político de Rigoberta Menchú, por dos motivos. Primero, adquirió notable importancia en el país y en el extranjero; importancia que aparentemente era propicia para ganar una elección presidencial. Segundo, el fracaso de ella ha sido fracaso de facciones, huestes, legiones, bandas y pandillas nacionales, extranjeras e internacionales que pretenden convertir a Guatemala en un Estado socialista, preferentemente indígena.

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