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Abundancia de escasez, Opinión de Carolina Castellanos

Algunas noticas resaltadas en los medios fueron la visita de eurodiputados, accidentes de tránsito (seguramente la mayoría fue de motos) y la visita del canciller de Taiwán (Guatemala es uno de los doce países que apoyamos y reconocemos a este país). También se habló del estado desastroso de las carreteras y del posicionamiento de Guatemala en el Índice de Estado de Derecho, donde ocupamos la posición 107 de 142 países evaluados. Patético.

Las próximas elecciones en Estados Unidos también son noticia, pues Guatemala depende muchísimo de este país, más allá del comercio bilateral. El tema político es fundamental, pero, en esta ocasión, seguramente estará promoviendo temas “progresistas” y queriendo imponer sus mandatos —perdón, ideas y sugerencias— a este débil e inútil gobierno de Arévalo.

Nos abundan los problemas y escasean las propuestas para solucionarlos. Ya ni el sector privado organizado se está pronunciando, al menos públicamente, respecto a tanto desorden, con excepción de la red vial, pues las consecuencias de esto son terribles. Seguramente usted, estimado lector, ya notó el incremento de precios de muchos productos.

Así las cosas, seguir esperando a que este inútil gobierno resuelva es una utopía. Pretender que, si gana Trump, al día siguiente se empezarán a resolver algunos temas, aunque sean los políticos, también es utópico. Los dirigentes actuales han destruido nuestro otrora gran país. Si llega a ganar Trump, confiaremos (y desearemos) que habrá un cambio de rumbo hacia bienestar y desarrollo. No es garantía y, si sucede, no será de inmediato.

Nos toca seguir trabajando y, sobre todo, involucrando en los temas que nos afectan. Nosotros somos los mandantes, aunque no haya sido por nuestra voluntad que este gobierno haya asumido la banda presidencial. Debemos “voltear la tortilla” y denunciar, por todas las vías posibles, lo que nos parezca y lo que no es correcto. Las redes sociales son nuestro mejor aliado.

La denuncia pública tiene que ser abundante. Recordemos que nada le duele más a un político que un buen “periodicazo”. Si son miles, cuanto mejor. Tenemos que hacer valer nuestra voluntad. Nosotros les pagamos sus salarios.

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