Home OPINION Doge es inspirador, Opinión Fritz Thomas

Doge es inspirador, Opinión Fritz Thomas

El Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), bajo la dirección de Elon Musk, ha centrado sus esfuerzos en identificar y eliminar el gasto público ineficiente en Estados Unidos. Musk, empresario innovador, fundador de empresas como Tesla, SpaceX y Starlink, es mejor conocido como el hombre más rico del mundo. Propuso que Doge podría encontrar la manera de recortar dramáticamente el gasto público mediante la eliminación de organizaciones redundantes y la reducción de gasto superfluo. Su labor ha revelado casos significativos de malversación y asignación cuestionable de fondos federales, especialmente en organizaciones como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y la Agencia de Protección Ambiental (EPA).


A nadie sorprende que aparatos de gobierno financian programas que tienen poca o ninguna relación con su función y misión, consumiendo recursos en actividades que no agregan valor. Crecen sin rendir cuentas o producir resultados en las funciones para las que fueron creadas.


Doge ha destapado ollas con gusanos; denunció cómo Usaid dedica fondos públicos a programas bizarros. Ha financiado a organizaciones vinculadas con actividades terroristas; suministro de alimentos a combatientes afiliados a Al Qaeda en Siria; apoyo a la producción de heroína en Afganistán; promover la igualdad, inclusión y diversidad en Serbia; una ópera transgénero en Colombia y un cómic transgénero en Perú; cirugías y hormonas para cambio de sexo en Guatemala y US$20 millones para producir una versión de Plaza Sésamo en Irak. Usaid ha dedicado enormes cantidades de recursos a promover las causas ideológicas de sus funcionarios y burocracia y a interferir en actividades políticas y mediáticas en otros países. El secretario de Estado, Marco Rubio, anunció la cancelación de más del 80% de los programas de Usaid, considerados contraproducentes y perjudiciales para los intereses nacionales de EE. UU.

El Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), bajo la dirección de Elon Musk, ha centrado sus esfuerzos en identificar y eliminar el gasto público ineficiente en Estados Unidos. Musk, empresario innovador, fundador de empresas como Tesla, SpaceX y Starlink, es mejor conocido como el hombre más rico del mundo. Propuso que Doge podría encontrar la manera de recortar dramáticamente el gasto público mediante la eliminación de organizaciones redundantes y la reducción de gasto superfluo. Su labor ha revelado casos significativos de malversación y asignación cuestionable de fondos federales, especialmente en organizaciones como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y la Agencia de Protección Ambiental (EPA).


A nadie sorprende que aparatos de gobierno financian programas que tienen poca o ninguna relación con su función y misión, consumiendo recursos en actividades que no agregan valor. Crecen sin rendir cuentas o producir resultados en las funciones para las que fueron creadas.


Doge ha destapado ollas con gusanos; denunció cómo Usaid dedica fondos públicos a programas bizarros. Ha financiado a organizaciones vinculadas con actividades terroristas; suministro de alimentos a combatientes afiliados a Al Qaeda en Siria; apoyo a la producción de heroína en Afganistán; promover la igualdad, inclusión y diversidad en Serbia; una ópera transgénero en Colombia y un cómic transgénero en Perú; cirugías y hormonas para cambio de sexo en Guatemala y US$20 millones para producir una versión de Plaza Sésamo en Irak. Usaid ha dedicado enormes cantidades de recursos a promover las causas ideológicas de sus funcionarios y burocracia y a interferir en actividades políticas y mediáticas en otros países. El secretario de Estado, Marco Rubio, anunció la cancelación de más del 80% de los programas de Usaid, considerados contraproducentes y perjudiciales para los intereses nacionales de EE. UU.