El presidente Donald Trump firmó este sábado una orden ejecutiva que establece el inglés como el idioma oficial de Estados Unidos, informó la Casa Blanca. Aunque la medida no exige cambios en los programas federales, representa un triunfo para el movimiento que promueve el uso exclusivo del inglés en el país, el cual ha estado vinculado a iniciativas para restringir la educación bilingüe y la inmigración.

Más de 30 estados ya han designado el inglés como su idioma oficial, pero a nivel federal no existía una declaración formal. Según el texto de la orden ejecutiva, esta medida busca “optimizar la comunicación, reforzar valores compartidos y crear una sociedad más cohesionada y eficiente”.
La orden revoca un mandato establecido durante la administración de Bill Clinton, que exigía a agencias y organizaciones que reciben fondos federales proporcionar asistencia en otros idiomas. Sin embargo, permite que las entidades gubernamentales mantengan sus políticas actuales y continúen ofreciendo documentos y servicios en distintos idiomas si así lo deciden.

La declaración del inglés como idioma oficial podría afectar a una gran parte de la población estadounidense. Según datos del Censo de Estados Unidos, aproximadamente 41 millones de personas en el país hablan español en casa, lo que representa cerca del 13% de la población. Además, millones de residentes hablan otros idiomas, como chino, tagalo, vietnamita y árabe.
Más allá de su impacto práctico, la orden ejecutiva de Trump también tiene un fuerte componente político. Según The Wall Street Journal, esta medida podría fortalecer su base de apoyo entre votantes que favorecen políticas más restrictivas hacia los inmigrantes, particularmente en los sectores más conservadores del país.
Trump ha enfatizado en múltiples ocasiones la importancia de proteger la cultura estadounidense y ha criticado la promoción del multiculturalismo dentro del gobierno