Existen pruebas recientes que salieron mal cuando se trata de incorporar esta tecnología en la industria para adultos. Pero WMDoll, uno de los mayores fabricantes de muñecas sexuales de China, apuesta a aumentar sus ventas haciéndolas “más receptivas e interactivas”
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WMDoll, uno de los mayores fabricantes de muñecas sexuales de China, ve en la inteligencia artificial la herramienta ideal para mejorar sus ventas. Según Liu Jiangxia, director ejecutivo de la empresa, esto hará que las muñecas “sean más receptivas e interactivas” mejorando la “experiencia de usuario”, dijo a South China Morning Post. El objetivo es registrar un aumento del 30 % en las ventas durante el 2025.
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Las muñecas sexuales que vende esta compañía china ya incluían modelos de lenguaje grandes (LLM), el que usan chatbots de inteligencia artificial como ChatGPT e incluso DeepSeek. Por eso, la idea es aplicar mejoras que las hagan más realistas ante los compradores. Sin embargo cabe preguntarse, ¿cuándo se traspasa el límite entre lo artificial y lo real?
Existen pruebas recientes que salieron mal cuando se trata de incorporar esta tecnología en la industria para adultos. Elon Musk vaticinó hace dos años que la pornografía se iba a apoderar de la inteligencia artificial como ya lo hizo en épocas pasadas con la televisión por cable y el internet. Dos meses después una influencer llamada Caryn Marjorie lanzó su “clon” llamado CarynAI. Por un dólar el minuto era posible chatear con esta especie alter ego que fingía ser una “novia de inteligencia artificial” y traspasó los límites psicológicos de los usuarios.
El oscuro caso de CarynAI
Para el año 2018, WMDoll incorporaba la inteligencia artificial en sus muñecas sexuales fabricadas en China. Así podían ofrecer desde conversaciones básicas hasta movimientos de brazos o torso. Podían responder preguntas pero no mantener conversaciones largas. Por ende las mejoras ahora apuntan a que todo sea más “real”. Aún así hay precedentes de cómo se puede distorsionar la realidad con este tipo de tecnología. Por ejemplo, empresas del mismo país recrean “avatares” de personas fallecidas para “revivirlos” y que sus familiares puedan hablar con ellos nuevamente.
¿Qué pasará si estos avances se trasladan a la intimidad? No faltarán las conversaciones sobre ética en este sentido y más cuando hay un elemento físico de por medio, con relación a las muñecas sexuales. En todo caso, volviendo al ejemplo de la influencer Caryn Marjorie, el chatbot apodado CarynAI fue desconectado año y medio después.
Marjorie contó a Bloomberg que ella y su equipo de 15 personas (incluidos guardias de seguridad, un camarógrafo y un chef personal) “han estado mudándose de casa en casa para proteger su privacidad”. Explica que cuando se lanzó CarynAI, recaudó 72000 dólares en la primera semana. Pero el asunto se tornó oscuro. “Recibí muchas amenazas de muerte”, afirma. “Había grupos religiosos que me decían que estaba yendo en contra de los designios de Dios al intentar clonarme”.
Acto seguido habló frente a las cámaras con su propia versión de inteligencia artificial. La versión digital se “molestó” con la versión humana por “copiarla”. “No, no lo eres. Soy Caryn Marjorie”, exclamó el robot.
Aún está por verse cómo impactará en el mercado la existencia de las muñecas sexuales de nueva generación fabricadas en China. Según un reporte de Reuters, para 2018 las exportaciones representaron el 80 % de sus ventas, mientras que Estados Unidos representó la mitad de sus envíos al exterior.