El 18 de noviembre de 1959 se constituyó legalmente uno de los más importantes tanques de pensamiento en Guatemala y Latinoamérica: el CEES (Centro de Estudios Económico-Sociales). Aunque su inicio fue un año antes, este año se celebran 65 años de actividades ininterrumpidas promoviendo su misión: “Por la libertad individual de producir, consumir, intercambiar y servir sin coerción ni privilegios”.
Por la libertad individual de producir, consumir, intercambiar y servir sin coerción ni privilegios.
Desde el principio, sus fundadores, bajo la inspiración del doctor Manuel F. Ayau Cordón, decidieron aprender cómo construir una sociedad más próspera. Adquirieron libros de autores destacados y leían un capítulo semanal, discutiéndolo en reuniones donde intercambiaban lo que habían comprendido. El primer libro que eligieron fue Teoría e Historia, del renombrado economista Ludwig von Mises. En más de una ocasión releían capítulos que no habían comprendido para continuar la discusión. Utilizaban el método socrático para un mejor aprendizaje.
Mientras aprendían, se propusieron publicar temas complejos de manera clara y sencilla, dando origen a los folletos Tópicos de Actualidad, que cabían en el bolsillo. Inicialmente se publicaron quincenalmente en formato impreso, y hoy están disponibles de forma digital en www.cees.org.gt. También comenzaron a escribir columnas de opinión en periódicos del país, algunas de las cuales, principalmente las del Dr. Ayau, fueron traducidas al inglés y publicadas en el famoso Wall Street Journal. Muchos escritos se inspiraron en las acaloradas pero respetuosas discusiones de sus miembros.
En marzo de 1968, el CEES invitó a Ludwig Erhard, canciller federal de Alemania Occidental. Durante su mandato se eliminaron los precios topes y se desreguló la economía, logrando el milagro económico alemán de posguerra. Gracias al Dr. Ayau, Erhard recibió un doctorado Honoris Causa de la URL (Universidad Rafael Landívar). La UFM (Universidad Francisco Marroquín) no se fundó sino hasta 1972. Fue la culminación exitosa de las discusiones de los directores del CEES sobre cómo hacer que más personas entendieran los principios fundamentales para lograr una mayor prosperidad en una sociedad de personas libres y responsables. Este ha sido, a mi juicio, el mayor aporte del CEES al país y a la humanidad.
Otros centros de pensamiento, como el CIEN (Centro de Investigaciones Económicas Nacionales), Apolo (Asociación por el Poder Local), Rana (Red de Amigos de la Naturaleza) e IFYL (Instituto Fe y Libertad) también han surgido en parte de discusiones internas del CEES, contribuyendo a la difusión de las ideas de libertad, ya sea mediante políticas públicas o lecturas profundas.
Los miembros actuales del CEES creen firmemente que una sociedad basada en la libertad es moralmente superior a aquella fundamentada en la coerción. Sostienen que el ser humano se dignifica al actuar por persuasión y convencimiento propio. Una mejor sociedad se caracteriza por un gobierno pequeño y ciudadanos como protagonistas. El libre comercio sin barreras es esencial para elevar el nivel de vida de todos. La Libertad, la Propiedad y la Vida son derechos fundamentales inviolables de todo ser humano.
Las ideas de la libertad siempre están en peligro y debemos defenderla en todo momento. Como dijo Ronald Reagan en 1961: “La libertad nunca está a más de una generación de extinguirse. No la transmitimos a nuestros hijos en la sangre. La única manera de que hereden la libertad que nosotros hemos conocido es que luchemos por ella, la protejamos, la defendamos, y luego se la entreguemos con las lecciones bien aprendidas de cómo ellos, en su vida, deben hacer lo mismo”. Aún le queda al CEES mucho trabajo por hacer para difundir las ideas de la libertad.