La investigación, presentada en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA) en 2024, mostró cómo el exceso de grasa visceral, acumulada profundamente en el abdomen, se asocia a niveles elevados de las proteínas Beta amiloide y Tau, ambos marcadores tempranos de la enfermedad de Alzheimer.
Este hallazgo, realizado en personas de mediana edad cognitivamente saludables, podría ser una clave fundamental para prevenir la enfermedad décadas antes de que se presenten los síntomas cognitivos.
El estudio, dirigido por los doctores Mahsa Dolatshahi y Cyrus A. Raji, fue realizado con 80 participantes de entre 40 y 50 años de edad. Aproximadamente el 57,5 % de los participantes eran obesos y el índice de masa corporal (IMC) medio de los participantes era de 32,31, lo que se considera obesidad.
Los candidatos se sometieron a una tomografía por emisión de positrones (PET) cerebral, una resonancia magnética corporal y una evaluación metabólica (mediciones de glucosa e insulina), así como a un panel de lípidos (colesterol). Se realizaron resonancias magnéticas del abdomen para medir el volumen de la grasa subcutánea (la grasa debajo de la piel) y la grasa visceral (grasa oculta profunda que rodea los órganos).
Los investigadores pudieron observar que los altos niveles de grasa visceral se correlacionaban con un aumento de las proteínas Beta amiloide y Tau en los cerebros de los participantes, incluso antes de que cualquier síntoma de Alzheimer se hiciera evidente. Estas proteínas son conocidas por formar placas y ovillos en el cerebro de los pacientes con Alzheimer, interfiriendo con la comunicación entre las células cerebrales y contribuyendo al deterioro cognitivo.