Según estimaciones del Banco de Guatemala (Banguat), la aplicación del impuesto podría generar una reducción de alrededor de US$860 millones anuales en ingreso de divisas, lo que equivale al 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Aunque el impacto en cifras macroeconómicas podría considerarse moderado, el efecto social sería profundo, ya que se estima que un 30% de los hogares beneficiarios depende exclusivamente de las remesas para su subsistencia.