Está previsto que acudan jefes de Estado de todo el mundo a la ceremonia, que estará oficiada por el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re. A su término, el féretro será trasladado a la basílica de Santa María la Mayor para ser enterrado.
El miércoles 23 de abril, tras un momento de oración, que será presidido por el carmarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrell, comenzará “la traslación” del cuerpo a la basílica vaticana para recibir el homenaje de los fieles. La procesión pasará por la plaza Santa Marta y la plaza de los Protomartires Romanos. Desde el Arco de las Campanas, saldrá a la plaza de San Pedro y entrará en la Basílica Vaticana por la puerta central.
Aún no se ha determinado por cuanto tiempo será expuesto el cuerpo de Francisco. El cuerpo se ha depositado en un único ataúd de madera con el interior de zinc y se expondrá directamente en el féretro abierto, pero no en un catafalco como había sido hasta ahora y tampoco se colocará el báculo papal durante esta exposición.
El sepulcro, escribió el papa argentino, “debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus”, se lee en el testamento, publicado tras su muerte a los 88 años.